Primera ley de la física: todo es relativo
Hasta poco después del siglo XX se creía que el tiempo era una constante, al igual que el espacio. Hoy en día, sin embargo, gracias al inestimable estudio que Albert Einstein publicó en 1905, La relatividad especial, sabemos con certeza que no son más que variables dependientes del movimiento. En otras palabras, la velocidad de la luz constituye una constante de la que dependen el espacio y el tiempo.